Manihi evoca sueños de evasión. Es como se uno hubiese cambiado de dimensión y llegase a una fantasía tropical. Lejos del mundo moderno, el espíritu del mana vive alrededor de la laguna de aguas cristalinas donde nació la primera granja de perlas de Tahiti.
El cultivo de la perla Tahiti nació en Manihi en 1965. En esta laguna reputada por sus ostras se creó la primera granja de perlas. Desde entonces, el atolón se dedica con pasión a esta actividad. Visitar una de las granjas es una experiencia única que permite apreciar el enorme trabajo realizado para obtener esta valiosa gema. En Las Islas de Tahiti consideramos que las perlas encarnan todo el esplendor de nuestras lagunas.
Los visitantes se maravillan antes las aguas cristalinas de Manihi y sus playas de arena fina. También pueden disfrutar del snorkeling en la laguna y practicar el buceo a la deriva en el canal de Turipaoa. Aquí, la pesca permite realizar capturas con una facilidad sorprendente y practicar el kayak es la actividad perfecta tanto para quienes visitan el lugar por primera vez como para los viajeros más experimentados.
Turipaoa, pueblo florido y lleno de color a orillas del canal del mismo nombre, ofrece el ambiente apacible de las Tuamotu, entre las actividades de trenzado de las mujeres y los chapoteos de los niños al borde de la laguna. La mayoría de las casas muestran los signos de una actividad dedicada por entero a la perlicultura: recolectores, cuerdas, flotadores, nácar colgado por todo Manihi…