3 DÍAS EN MAUPITI

credit: Pierre-François Grosjean

Itinerario

Los visitantes en busca de autenticidad disfrutarán del puñado de pensiones familiares, los únicos alojamientos existentes en la isla. Los exploradores querrán visitar las cuevas de Vai’ea así como el motu Patao de Maupiti, que alberga un yacimiento arqueológico del siglo XI, uno de los más antiguos de Polinesia. A sólo 40 kilómetros de los placeres lujosos de Bora Bora, Maupiti es una pequeña isla remota del archipiélago de la Sociedad. Esta comunidad vive a un ritmo pausado, ofreciendo serenidad y un ambiente acogedor, junto con una belleza natural incomparable. Maupiti es como el Tahití de antaño, aquel que los primeros navegantes conocieron cuando descubrieron este reino legendario.

Día 1: vuelta a la isla

  • El pueblo de Vai’ea
  • El pueblo de Vai’ea está situado al pie de un acantilado. Numerosas aves marinas buscan refugio en los nichos y en las cuevas del acantilado, que forma un magnífico telón de fondo al pueblo de Vai’ea. Prosiguiendo hacia el norte de la isla, el circuito lleva al valle de Hiranai y sus interesantes monumentos líticos, como el tiki con forma fálica y unos petroglifos con forma de tortuga situados en las rocas. Más allá en el valle de Vaitia, una enorme piedra lisa representa la legendaria canoa de Hiro.
  • Recorrido a pie de Vai’ea hasta los acantilados de Hotu.
  • Excursión en barco con un guía. Este acantilado de de 250 metros de altura domina el pueblo de Vai’ea. El sendero con fuerte pendiente atraviesa un sotobosque de mape, mangos e Hibiscus Tiliaceus antes de alcanzar la cresta. Unos huecos dejados por las plantas permiten contemplar los espléndidos paisajes del motu y las aguas claras de la laguna. Al llegar al primer pico, la vista se abre hasta el horizonte y el océano, y los caminantes pueden ver las cumbres vecinas de Teurafaatui o Nuupere, que alcanzan 370 metros de altura.

Día 2: actividades náuticas

  • Paseo en el motu
  • Una excursión a la laguna de aguas color turquesa permite observar las rayas manchadas así como mantarrayas que nadan en medio de una multitud de peces multicolores.
    Las granjas de perlas están diseminadas por la laguna. Frente al pueblo de Vai’ea, los dos motu que flanquean el paso, Pitiahe y Tiapaa, protegen el marae Ofera, recientemente descubierto, y merecen ser visitados. Al norte, entre dos grandes motu y cerca del puerto de Hiro y de un jardín de coral, Paeao alberga un yacimiento arqueológico del siglo IX, uno de los más antiguos de Polinesia. A su izquierda, el motu Auira cuenta con plantaciones de melón y grandes molinos de viento que dominan los últimos vestigios del marae. Un vado natural, conocido con el nombre de “paso de los bebés tiburón”, se extiende hacia La Punta Tereia y su magnífica playa de arena fina.

Día 3: actividades culturales

  • Previa petición:
  • Un organizarse una sesión cultural en la pensión en la que estés alojado